La patata roja, como su nombre lo describe, tiene una corteza más rojiza que la blanca, además de que su forma casi siempre suele ser más redondeada. También existen desigualdad en lo que se refiere al tacto, pero esta es una característica que muchas veces solo los expertos pueden percibir porque es mínima.

Si se quiere clasificar, exiten muchas variedades de este tubérculo, pero uno de los criterios más comunes es su forma y el color de su piel. En este sentido, la blanca es la conocida por la mayoría de la gente, aunque la roja cada vez es más frecuente y tiene una forma más redondeada.

La fibra de una patata roja grande promedio contiene aproximadamente 6,4 gramos, que representa desde un 17% a un 24% de la ingesta diaria que es recomendada para las personas. Al incluirla en el menú diario, se logran disminuir los niveles del colesterol en la sangre y reducir el riesgo de alguna enfermedad coronaria.

Pukará Conocida por muchos como “papa temprana”, esta variedad de piel rojiza, de tamaño irregular pero medianamente alargada, es ideal para preparaciones en que la papa va cocida, ya que así se aprovecha mejor su cremosidad. Por lo mismo, su mayor expresión la podemos encontrar en un buen puré de papas.